Contrito y apagado,
como el azufre en el agua
mi espíritu se niega a oscurecer
y saca llamas del agua que le sofoca;
no aprende a estar callado,
La suerte es que la paz no existe
si no la provocas y la alimentas
para que crezca y se multiplique;
son tus actos los que la producen
¿qué esperas? ¡Muévete, ve
y alcanza a tu ser que has perdido!
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