viernes, 7 de marzo de 2014

MUJER DIVINA, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

MUJER DIVINA

Benjamín Adolfo Araujo Mondragón
Mujer universal, 
mujer divina,
madre de todos,
esposa de todos,
compañera de la humanidad:
Mereces respeto, y sin embargo, muy frecuentemente te fallamos. Sólo hay que ver las estadísticas. ¡Ningún país se salva! El maltrato, la discriminación, el ninguneo, la falta de valoración adecuada, hacen un altar de miasma que debemos dedicarnos a tirar y resarcir...
¡¡¡Todos somos culpables,
todos responsables;
y a todos nos toca combatir
y abrir brecha, a efecto 
de que la mujer tenga:
¡¡¡el papel que le corresponde:
amada,
respetada; 
nunca vilipendiada...!!!

miércoles, 5 de marzo de 2014

AFRODITA VIAJA, Benjamín Araujo

AFRODITA VIAJA, Benjamín A. Araujo Mondragón


En mis sueños, Afrodita viaja, surca los mares con su radiante belleza. En mis sueños, Afrodita es mi musa, y yo la llevó, la llevo arrastrando por las aguas inmensas, sin paralelo del deseo. Soy un pez gordo, gordo, lleno de ansias, pleno de inspiración por conquistarla a ella; pero no soy el único. Ay no, ojalá lo fuera. Hay otro pez muy gordo, tan gordo o igual que yo, ancho de dicha futura por estar con ella. Sueño con ella y suelo darle mucha fuerza a mis sueños, fuerza que se convierte en energía para surcar esas aguas profundas e interminables. La mar ya no está serena, la mar está salpicada de ganas de conquista varonil por esa hembra indócil que es Afrodita. Que este sueño no termine, que jamás se agote, para que mis deseos crezcan y sepan dominarla, tenerla, poseerla, amarla para siempre; fuera ya del agua sin otro pez rival que quiera dominarla. Afrodita: óyeme, enloquezco por ti... Afrodita, Afrodita, Afrodita...¿en dónde estás?...Afrodita, escúchame, compréndeme... Tenme paciencia, Afrodita, Te amaré por siempre.

domingo, 2 de marzo de 2014

AFRODITA VIAJA, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

En mis sueños, Afrodita viaja, surca los mares con su radiante belleza. En mis sueños, Afrodita es mi musa, y yo la llevó, la llevo arrastrando por las aguas inmensas, sin paralelo del deseo. Soy un pez gordo, gordo, lleno de ansias, pleno de inspiración por conquistarla a ella; pero no soy el único. Ay no, ojalá lo fuera. Hay otro pez muy gordo, tan gordo o igual que yo, ancho de dicha futura por estar con ella. Sueño con ella y suelo darle mucha fuerza a mis sueños, fuerza que se convierte en energía para surcar esas aguas profundas e interminables. La mar ya no está serena, la mar está salpicada de ganas de conquista varonil por esa hembra indócil que es Afrodita. Que este sueño no termine, que jamás se agote, para que mis deseos crezcan y sepan dominarla, tenerla, poseerla, amarla para siempre; fuera ya del agua sin otro pez rival que quiera dominarla. Afrodita: óyeme, enloquezco por ti... Afrodita, Afrodita, Afrodita...¿en dónde estás?...Afrodita, escúchame, compréndeme... Tenme paciencia, Afrodita, Te amaré por siempre.