sábado, 16 de octubre de 2010

EL SALVADOR **

De vómito

el actor el burócrata el ciudadano

alimentan la vida


Para otros

que en la noche vestimos nuestras carnes

el amor el vino más amor

y la vida sin lata

cortada de esquinas...


aceras

lluvia...


...y sueños

el alimento

es también la vida


Así

en-medio-de-la-mascarada

y son las siete

y sales disparado

el trabajo hace al hombre


corre y cobra quincenas incompletas

y tus hijas

y el futuro

de México

el de Brasil

nunca el de Cuba...


Así

pasan los días

se nos pasan las vidas...

de otros

y las propias...

se nos pasa

la vida


Pero al calor del beso y la metralla

de una embriaguez total

de borrachera

y sueño...

...que despierto...


En El Salvador

trozo de patria

latinoamericana

nace un niño

seguro...

...varón o dama...

...hembra o macho...

ser humano seguro

con futuro

como que aquí

enmedio

de este vómito

de ciudadano-burócrata-actor...


...lo signo

y sello...


**Escrito en 1976.
Publicado en 1981
en el libro "A propósito"
(Universidad Autónoma del Estado de México)

ANÓNIMO UNO

Por el camino umbroso aprendió a ser huella,

sin paso, sin peso, ni rostro.


Por los caminos llanos se confundió

con el olor de la yerba

hasta llamarse pasto.


Nunca supo qué es siempre,

ni probó del fracaso dulzón

de la palabra "mientras".


Así murió. en una fecha sin nombre,

sin día, sin número;

y ahora es recuerdo.


Benjamín A. Araujo M.

Publicado en el libro

Frontera interior

ANÖNIMO DOS

Tal vez nunca se sepa si tenía destino.

Como llegó, se fue;

habitaba en su rostro la duda

pero supo caer

para abrir en la incógnita

su futuro infinito,

irresoluto.


Benjamín A. Araujo Mondragón
DEL LIBRO "Frontera interior"

Editorial: La Tinta del Alcatraz

Colección: La Hoja murmurante.

(Toluca, México, 1994)

JOAN BAEZ ~ Te Recurdo Amanda ~

¡¡¡México, lindo y querido...!!!

Patria amada,

tus hijos te lloramos;

somos la cruz del himno...

y la mención de López Velarde

ya angustiado.

Sabemos que

debemos mejorar,

pero no lo hacemos;

queremos paz

y estamos ensangrentados,

olemos a cadáver

todos los días

del año.





Aprendemos a odiar

con las noticias.



Ayyy,

patria mía,

¿por qué Dios te ha abandonado?

¿No sabes orar?

¿Sabes reír...?

...tu llanto es como

un conjunto de campanas

de catedral

sonando a duelo.

Eres El Gólgota Nahuátl.

La indigestión

por el mestizaje;

la sapiencia

ancestral

que sabe a lágrimas.

JOAN BAEZ ~ La Llorona ~

JOAN BAEZ ~ El Preso Numero Nueve ~

miércoles, 13 de octubre de 2010

JOSË ALFREDO MONDRAGÓN (1956-1990)

La muerte, siempre la muerte. La piedra de escándalo del olvido y del recuerdo. El misterio insondable permanente. La muerte como tema perenne de la poesía. Se muere desde el momento mismo del nacimiento; la agonía humana comienza con el soplo vital iniciador. Existe porque hay vida. El yin y el yang. An verso y reverso del momento que nos puebla. Es probable que no exista escritor alguno que la haya podido esquivar, ni como tema. Dejar de tocarla, en sus preocupaciones creativas, para lo que sea: abrazarla, adorarla, solicitarla, temerle, rehuirle, reconocerle, desconocerle, gritarle, murmurarle...



La muerte, multimanoseada por músicos, pintores, escultores, bailarines, artistas de toda laya y hasta no artistas. Razón de ser de la filosofía de todos los tiempos. Motivo para pensar o escapar.



La muerte, cómo no, fue un tema recurrente en la poesía de José Alfredo Mondragón. Ahora podríamos decir, siempre se dicen esas cosas en retrospectiva, que hubiera parecido que José Alfredo, el poeta que naciera en El Oro, en febrero de 1956, sabía que moriría en uno de sus tantos retornos a Ítaca, el 31 de marzo de 1990. Temprana muerte a los 34 años de edad. ¿Alguna muerte no es prematura? Parecía que lo hubiera sabido por algunos de sus proféticos textos de añoranza adelantada. La palabra es poder que cruza el tiempo:



...Con esta mano

que es más polvo que silencio

puedo asir la luz

incendiar el rostro

que no alcanzo a entender

detener el tiempo y detenerme...



En su primer poemario, Metumbe, de dónde está tomado el anterior texto hay azoro y extrañeza por la ciudad, que pareciera envolver al hombre que la habita en un torbellino, velocidad para des-almarlo, quitarle el alma, arrojarlo a la muerte o recordar, contando las cuentas de alguien que es invocado:



...Inclinada sobre la piedra,

sobre la médula eléctrica de una avenida,

sobre el tronco que se extiende

como una pregunta,

la marea enciende los rumores,

los desborda como puñados de arena

hasta sentir la voz de las vértebras,

la identidad de alguien que recuerda una edad...

¡¡¡MËXICO LINDO Y QUERIDO!!!

Patria amada,

tus hijos te lloramos;

somos la cruz del himno...

y la mención de López Velarde

ya angustiado.

Sabemos que

debemos mejorar,

pero no lo hacemos;

queremos paz

y estamos ensangrentados,

olemos a cadáver

todos los días

del año.





Aprendemos a odiar

con las noticias.



Ayyy,

patria mía,

¿por qué Dios te ha abandonado?

¿No sabes orar?

¿Sabes reír...?

...tu llanto es como

un conjunto de campanas

de catedral

sonando a duelo.

Eres El Gólgota Nahuátl.

La indigestión

por el mestizaje;

la sapiencia

ancestral

que sabe a lágrimas.