viernes, 10 de enero de 2014

INICIOS, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

INICIOS

Todo inicio es normal,
si dudamos,
si tropezamos,
si damos saltos y brincos;
si damos maromas,
si hacemos cabriolas;
lo importante es avanzar
lograr dar pasos
en este fangoso camino
de año nuevo.

Iniciar es importante
aunque la brújula
no afinemos;
pero lo malo sería
quedarse como estatuas
de sal;
varados en el fango:
sin destino alguno:
¡¡¡caminemos!!!


Un día sabremos
lo supongo
que destino tomar
pero no hagamos
las estatuas de marfil
con nuestras vidas.

CARTA DE UN NÁUFRAGO

                      Un día de éstos del año del Señor de 1568.

Enamorada desconocida:

                                             Seguramente no te conoceré, ni llegará a tus ojos y manos esta misiva. Pero estoy cierto, no dudes, de que tu calor llegará a mi, leas ésto o no lo hagas. 
Es extraño, dirás, que se me haya ocurrido escribirte estas líneas. Pero no lo es, ya lo sabrás, en cuanto conozcas los detalles que me rodean y que rodean por tanto el impulso de escribirte estas líneas.

Sucede que hace dos meses zarpamos de Lisboa. Éramos alrededor de 38 pasajeros en esa nave pequeña pero muy simpática por su colorido. Pero apenas a dos días de haber salido de ese sitio, llegó una tormenta espantosa. Todo sucedió en unas cuantas horas -que a mi me parecieron siglos- y culminamos con sólo cinco sobrevivientes en una pequeña e incómoda isla que, luego sabríamos, estaba habitada por unos salvajes que más tarde nos enteraríamos, eran  caníbales.

El azar hizo que sólo sobreviviera yo, luego de escapar a nado hacia un islote de mediano tamaño, en donde me localizo desde hace no se cuántos meses.

Una de esas noches te soñé. Seguramente fruto del desencanto y la desesperación, pero sobre todo de la soledad.

Te describo: estabas recibiendo una carta mía que arrojé al mar en una botella. Eres bella, bellísima; y pronto hiciste lo necesario para rescatarme. Lo hiciste y fuimos muy felices.

Varios días tuve la obsesiva idea de escribirte y lanzar ésta a las aguas. Ahora lo he hecho. No tengo ni idea en qué zona del Atlántico me localizo, pero ya Dios dirá...

Con esperanza tu desconocido enamorado náufrago que te espera...

jueves, 9 de enero de 2014

POCIÓN PARA INICIAR UN AÑO, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

POCIÓN PARA
INICIAR UN AÑO


http://api.ning.com/files/3I-9LvQkoOQMGBl1t68S7cISkoqPvuquzkbApDwu046*ekEnQQw4E6ccL0EUB2qXBXvCC9Xbspm-MQZdAIGeINTanpqqX0su/amantes1.jpg
Tómese un kilo de mal humor;
póngalo al viento, hasta que se disipe por completo.
Enseguida traiga a su alma un suspiro
y coloca un poco de buena música en su alma,
revuelva todo en un batido de sonrisas
y aplíquelo, cada mañana, sin césar
a quien vea. Tome una pastilla de cariño
para aplicarla en todo momento sobre sus seres queridos
y resbale como quien no quiere la cosa sobre sus enemigos
o supuestos enemigos; frótela delicadamente sobre esas gentes
y repártela asimismo a las personas que pasan
aunque no sean conocidas.
Haga ese ejercicio todos los días. 
Cuidando no olvidarle nunca
y así tendrá un año redondo.

Y sonría, sonría, sonría...

EL TIC TAC DE LA VIDA, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

EL TIC TAC DE LA VIDA

Que la vida pasa,
sería insensato negarlo:
pero ¿cómo sucede eso?
Fácilmente pasa de frío
a caliente; y de doble a
sencillo; pasa de triste
a alegre...y de insensato
a inteligente y locuaz;
pasa de tonto a genial;
y de aburrido a interesante...

La vida es la vida;
y se parece sólo a ella misma.

La vida es un fenómeno muy estudiado
pero altamente incomprensible; 
en algunos casos, todo parece previsible
y altamente estudiado, preparado,
complejo o muy simple...

Es la vida: la apasionante vida.
La vida que, para algunos,
es un don celestial
y, para otros, una simple casualidad.

Pero la vida siempre es causal.
De eso no hay duda; y ¿por qué lo aseguro?
Porque desde el inicio de este texto
pensaba llegar a esta conclusión.
Así de simple...y llano.