viernes, 21 de noviembre de 2014

ESTAMOS ASOLEADOS DE RECUERDOS, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

ESTAMOS ASOLEADOS

DE RECUERDOS


Para conseguir vibrar: competir con el futuro: tortuga los malos recuerdos; victoria de la necesidad sobre el tormento: atardeceres con lluvia; placidez en las montañas: solares de la infancia con un nido de águilas en los atardeceres cotidianos. Todo tiene el sabor de la nata con el dulce olor del pan de los amaneceres. Los verdaderos goces estàn detrás de la puerta y solemos cerrar por fuera como si desmereciera, para nosotros, el postre de soñar despierto desde la mañana y hasta el mediodía. Ya con la tarde, una vez descubierto que somos marineros, zarpamos sin sentido para aprender del viento en la cara; creemos eterna la navegación y... anochece: todavía guarda suaves fragancias la luna para un loco enamorado del insomnio. Estamos asoleados de recuerdos cuando llega la noche. No podemos dormir pues bailan los fantasmas y se mezclan, a brincos, con jarrones, y floreros del presente, con barcos y sílfides del futuro, con tristes empachos de lo que nunca, jamás, ni por asomo, habrá de tropezarnos y envolvernos. Estamos asoleados de recuerdos, se nos levantan a golpes de olvido las miradas de ayer: una niña abismal hace suyo el paisaje, saltan tras ella sus promesas de mañana, ella no lo sabe, muerde una manzana; ya es mañana, no existe la inocencia, la ignorancia se fue con el sol; la noche es plena en un paisaje nuevo, la oscuridad nos pertenece a todos; pero esa noche, por lo menos, esa noche, una mujer enseñó al mundo que el paisaje puede ser eterno. Vamos a ser eternos cualquier rato, lástima que el viento haya acabado desde hace un momento en que me volví recuerdo de mí mismo; línea a línea, verso a verso, silencio a silencio, recuerdo es silencio.
(DEL LIBRO "VAIVÉN", 1998).

LA PALABRA, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

LA PALABRA

En un principio fue el verbo...
y habitó este planeta con sus cantos,
era el silencio pero vino ella
y habitó entre nosotros para siempre.

Si el silencio fue el inicio,
la palabra fue el habitáculo
y pudimos vernos a los ojos,
mirarnos de frente
y respirarnos los pensamientos.

Juramos en ese momento
que el silencio vivía en
nuestras venas, pero que
la palabra florecía nuestras
vidas y le permitía retoñar
y hacer metáforas y olas
de lenguaje, y olas de paz
y olas de permanencia
y olas de ausencia;
el tiempo hecho palabra
habitó nuestros siglos:
y ¡nació la eternidad!

jueves, 20 de noviembre de 2014

EL ALMA, Raquel Rueda Bohórquez (Barranquilla, Colombia) *

EL ALMA

Apareció en medio del bosque,
 La vi tan diminuta y pensé:
¿Su alma será como la mía?,
Cabe el mundo en una hormiga
Y en una gota de rocío mi madre.

Y la hormiga se quedó viéndome
 Con sus ojos mínimos,
Arrastrando  una hoja
Que pesaba más que mi propia ignorancia,
Se alejó... persiguiendo a otras
Tendiendo la mano en ese camino ensortijado
Donde la buena suerte se bendecía con una sonrisa
Siendo cosecha el amor y la esperanza.

Seguí  caminando yadvertí  un elefante…
¡Uich!, ¿este animal tendrá alma?
Ha de ser muy grande, y a Dios le dio pereza fabricarla,
-Elefante: ¿tienes alma? –le pregunté
Y él huyó de mí, cual si peste fuera.

¡Qué raro!, no tienen alma,
Lo dije mientras observaba una garza en vuelo
En tanto, un gorrión apresaba un favor en el viento
Y yo, pobre tonta engreída de la vida
Tomé un fruto, el mejor de todos,
Para que un ave peregrina no me ganara,
Disfrutándola a pesar de que sabía de sus ojos
Que como diamantinas joyas
Me veían asustada.

¿En dónde estará el alma de la flauta?
¿Será que tiene alma?, es un algo invisible
Ninguna cosa o animal tiene alma,
¡Jajajaja! Y me reí de la brisa
Cuando el sol pegaba en mi rostro
Y me iluminaba.

El alma me hablaba, me besaba
Éramos un solo espíritu en la voz del bosque
En las alas de las aves,
En el bufido del toro en el matadero,
Todo el mundo era el alma del  Creador
Y yo, ilusa y perversa, vanidosa y corrupta,
Imaginando que era la única que tenía alma.

Se quedó atrapada en la blancura de las nubes
El alma del músico, del ruiseñor, del elefante
No había tamaño, era la vida como la muerte
Igual para todos, como lo era también
Ese ente translúcido,
Que nos provocaba el meditar
Y parecía caer como una cascada
Brotando de su manantial.

Ajustando la mirada a la montaña
Descubrí el alma del universo…
Cada suspiro regalado del viento,
Esencia pura, nuestra barca, el brillo de todos
En la espesura de un bosque pálido
Lleno de moles y grietas,
Que el tiempo invencible
Se encargaría atrapar
Con las raíces de enormes caminantes y viajeros
Que las esparcían  y permitían al Dios vida,
Hacer su obra, por medio de sus manos
Sus arrugadas manos curtidas,

Abrazadas de las quimeras del día y la noche
Bendecidas con la hostia de un beso en el cielo
Colgadas por hilo invisible,
Junto a esas doncellas enormes,
Que ante nuestros ojos
Pequeñas parecen,

En un infinito azul… muy azul…
Contaminado de almas que no regresarán
Y sembrado de rosas que retornarán
En tiempos mejores,
Cuando el vicio del ahora desaparezca,

Olvidándonos del poder y la gloria
Pues toda gloria y poder, son hojas
Que la brisa se lleva y transporta
Hacia el mundo de los necios.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 18/14

*Leído por Lorena Romero en la Librería "Carámbano" de Metepec, el 19 de noviembre de 2014, durante la presentación del libro de BAAM.


PRESENTACIÓN DE "LITURGIA, AMANECERES Y OTROS POEMAS", 19 noviembre de 2014*






*Fotos de Juan José Reyes Rodríguez en la Librería "Carámbano" de Metepec durante un acto conjunto de Tunastral y el Consejo Editorial de la Administración Pública del estado de México.

martes, 18 de noviembre de 2014

PECULIAR SITUACIÓN, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

PECULIAR SITUACIÓN

Peculiar situación, vivir en soledad,
no es la edad del sol sino la triste
banalidad de no saberse acompañar
y luego meditar y mentir:
"me gusta estar solo".

Pero nunca es del todo, 
mentira ni verdad,
pues estar solo siempre
te puede hasta enfermar;
y lo mismo, seguro,
seguro que también pasa
si sólo te encuentras
acompañado siempre...

No hay que exagerar:
ni muy muy,
ni tan tan; ni que fuéramos campanas
de la Catedral: ¡¡¡tan, tan, tan, tan...!!!