A JOSÉ ALFREDO
MONDRAGÓN (1956-1990)
...Con esta mano
que es más polvo que silencio
puedo asir la luz
incendiar el rostro
que no alcanzo a entender
detener el tiempo y detenerme...
José Alfredo Mondragón
Ya estás en esa casa llena de silencio pleno, Alfredo;
ya la habitas, maestro de las tempestades,
y de las broncas ausentes de luz
para incendiar tu cara:
ahora puedes detener el tiempo
como deseabas:
hazlo y ¡para tu final…!
Leoncito, ¿vienes a casa de nuevo?
Leoncito, ¿puedes atarte a las puertas?:
querido León, más que un felino
eres un ave de metáforas plenas.
domingo, 13 de noviembre de 2011
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