sábado, 16 de octubre de 2010

ANÓNIMO UNO

Por el camino umbroso aprendió a ser huella,

sin paso, sin peso, ni rostro.


Por los caminos llanos se confundió

con el olor de la yerba

hasta llamarse pasto.


Nunca supo qué es siempre,

ni probó del fracaso dulzón

de la palabra "mientras".


Así murió. en una fecha sin nombre,

sin día, sin número;

y ahora es recuerdo.


Benjamín A. Araujo M.

Publicado en el libro

Frontera interior

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