domingo, 17 de octubre de 2010

A CARLOS MONSIVÁIS (1938-2010)

Mi querido Carlos,

aquí estoy, ante tí,

otra vez,

como cuando,

en las tempranuras

de mi adolescencia,

te entrevisté

en tu casa de La Portales.


Te veo yerto,

y no te creo.

No te creo muerto,

porque estás más

vivo que nunca

en la conciencia de

nuestro tambaleante pueblo,

que está siempre a punto

de morir

pero parece eterno.


Atento está

el pueblo

ante tu féretro;

y tú eres todo

menos la solemnidad,

que odiabas

y de ella hacías parodias.


El pueblo

aunque no te guste

es solemne:

y en esa pose está

ante tu féretro.


Está más claro que nunca

que son más los que te reconocen

que los que alguna vez te leímos.

Pero esa pasa a una segunda parte,

no cobra relevancia, me dirías:

y te imagino,

rodeado de gran cantidad de gatos,

como acostumbrabas,

dispuesto a la eternidad.


Luego sabremos:

tú adquiriste

a cada uno de tus gatos

sus siete vidas;

por eso es pasado

a la eternidad...

tan de repente...

No hay comentarios: