Pongo la mano fría en tu piel,
siento tu rostro junto a mi cara;
veo cómo el frío intenso llega
más allá de tu dermis y un claro
gesto pinta tu rostro con leve,
muy leve, malestar; ambos
sabemos que el amor hoy nos une:
pese a todo y contra todo,
hemos batallado sin naufragar
y en nuestro delirio amoroso
arrastramos polen de bondad
que llega a todo el entorno.
No es para siempre, no,
pero aprovechemos:
hagamos del momento
un mundo nuevo
y olvidemos todos
los males que nos aquejan
y han aquejado;
brindemos con amor
por esta dicha efímera
que parece un trozo
una probada de eternidad.
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