CONCEBIDA
EN TOLUCA
Benjamín A. Araujo Mondragón. *
Eva, la segunda hija de Richard
Wagner con Cosima von Bülow, fue concebida en Toluca, en 1866, en viaje de un
mes que fuera auspiciado económicamente por Luis II de Baviera así como por la
reiterada invitación de la poderosa colonia germana asentada en esos lares de
México.
A Toluca viajaron los tres, padre, madre e Isolda,
hermana mayor de Eva, nacida apenas un año antes, en 1865, justamente mientras
Richard iniciara los ensayos de su célebre ópera , Tristán e Isolda, de ahí el nombre puesto a la niña.
Por cierto que la pareja europea asistió en Toluca
a la corrida de Mariano González “La
Monja” realizada el 2 de septiembre de ese año con toros de Santín,
hacienda que desde 1836, treinta años antes, había comenzado a estructurar la
presencia de ganado de lidia, tal y como lo afirma el propio José Julio
Barbabosa en sus “Memorias”. Por
cierto fue la familia Barbabosa, ligada a los germanos Roth y Graf, quien
auspició la aventura excéntrica del toreo para Cosima y Richard.
Fue en ese lugar donde se dio un incidente que
marcó la visita de esta ilustre familia europea a tierras toluqueñas. Estando
precisamente en la corrida de La Monja,
a Richard le invitaron a que probara “Los Mosquitos”, una bebida local de
prestigio allende las montañas del Las Cruces, de dulzor marcado y empalagoso y
de efectos inmediatos de disposición de fiesta; pero resulta que a Wagner no
sólo le gustó sino que le fascinó esa bebida y ello provocó que armara gran lío
en la placita de toros, dispuesta para esa ocasión.
No llegó a mayores el asunto, más allá de gritos y
estentóreas risotadas del gran compositor y músico, ya en ese momento con una
fama de corte internacional.
Fue precisamente esa noche, ya asentados y
reposando en la cama, que Eva fue concebida pasionalmente por Cosima y Richard;
por lo que no exageraríamos si dijéramos “la segunda hija de Wagner es hija de
los Mosquitos toluqueños”.
Esa experiencia habría de danzar muchos años
después en la cabeza del compositor pues pretendió, dado el impacto que le
causó la representación en el ruedo, componer una pieza con la historia de una
corrida, sin lograrlo. Pero en el fondo de la intención era homenajear la
concepción de Eva.
Asevero que Eva fue concebida en Toluca pues nació
en junio de 1867, ya en tierras alemanas, justamente nueve meses después del
largo mes en que los dos estuvieron asentados en esa ciudad mexicana.
Cabe recordar que Cosima fue la segunda pareja de
Wagner, pues él contrajo nupcias inicialmente con la actriz Minna Planet; y él
conoció a Cosima Francesca Gaetana, hija ilégítima de Franz Liszt, el
inolvidable húngaro, considerado ya desde la tercera década del siglo XIX como
un gran maestro de la música europea, puesto que fue Franz precisamente quien
como autor de Don Sanche, ou Le
Château d’amour marcó la pauta de la música europea desde el inicio
del siglo XIX.
Por cierto que Cosima era hija de una de las
amantes de Liszt, Marie d’Agoult, condesa de Flavigny, de la
cual nació su hija Cosima, futura esposa del director de orquesta Hans von
Bülow primero, y de Richard Wagner después.
De modo que si Richard
empezó a tener tratos con Cosima aún casado con Minna, lo mismo puede decirse
de ella todavía matrimoniada con Hans quien, contra todo pronóstico, todavía
dirigió unas piezas de Wagner con su orquesta en plena etapa del amasiato del
autor con su esposa.
La fascinación de Luis II de Baviera por nuestro
compositor no tenía límite, al grado que la nobleza de la época protestara
airadamente por la situación en que se veía envuelto el noble jerarca
frecuentemente por los caprichos de Richard.
La infancia de Wagner
se vio influida por su padrastro Ludwig Geyer, actor, pintor y poeta, que
suscitó en el niño, nacido en Leipzig, su temprano entusiasmo por toda manifestación
artística. La literatura, además de la música, fue desde el principio su gran
pasión, pero el conocimiento de Weber y, sobre todo, el descubrimiento de la
Sinfonía núm. 9 de Beethoven lo orientaron definitivamente hacia el cultivo del
arte de los sonidos, aunque sin abandonar por ello su vocación literaria, que
le permitiría escribir sus propios libretos operísticos. No obstante, también
esa relación suscitó en Richard su antisemitismo, pues luego de saber que su
verdadero padre fue Carl Friedrich Wagner y que Ludwig era judío, se suscitaron
en él sentimientos encontrados que devinieron en su aberración antijudia.
El industrial cervecero de este período fue Santiago Graf, quien
en 1875 adquirió la Cervecería Toluca y México, fundada diez años antes por el
suizo Agustín Marendaz. Pero ya en aquellos momentos era próspero e importante
en la incipiente sociedad toluqueña pues marcaba las modas y gustos culturales
del momento dada su formación y ascendiente social.
Graf inició la producción de una cerveza de mayor calidad tipo
ale. Pocos años después instaló maquinaria moderna para fabricar hielo, y en
1882 importó equipos alemanes que le permitieron elaborar la primer cerveza
lager mexicana: la Toluca lager.
La mayoría de la cerveza se vendía embotellada, y
casi toda la malta era importada desde Alemania y los Estados Unidos con excepción
de dos cervecerías, La Toluca y La Perla, quienes fabricaban su propia malta.
Regio Aguilar junto con Cleto Castro fueron los
guías de esa familia europea por la ciudad, en plena época del reinado de Maximiliano
de Habsburgo que terminó trágicamente en Querétaro.
De ese modo los Wagner descubrieron cómo en la Toluca de ese tiempo las
mujeres indias y mestizas servían a las "niñas" ricas, permaneciendo
a su lado para cuidarlas y atenderlas en todo la necesario, para que ellas
solamente se ocuparan de las tareas propias de su clase. Eran labores de su
clase: bordar, coser, pasear por las alamedas e instruirse en la religión
católica.
La señorita Teresa Pliego y Verrío, dueña de varios ranchos, invitó a
los Wagner a visitar su rancho de la Virgen que estaba a las orillas de la
Ciudad. Estando ya en él Richard se emocionó pues había un piano de cola. Y de
inmediato se puso a tocar fragmentos de su obra con piezas sumamente
importantes como el Drama Rienzi, El holandés errante y Tannhäuser; así como
Lohengrin, Los maestros cantores de
Nüremberg y El anillo de los nibelungos.
El improvisado concierto fue todo un acontecimiento que habría de ser
conservado en las memorias familiares de la familia Pliego de tanta importancia
durante generaciones en Toluca.
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