Obsesión por los números;
la numeralia
como una manera
de dar vuelta a la vida:
para no mirarla
de frente,
cara a cara,
cifra a cifra...
con puntos y detalles...
Obsesión o nó,
los números tienen su lenguaje
que asfixia.
Juega a tomarnos
por el cuello,
aprieta hasta ahogarnos...
Los números tienen carácter
y espíritu;
saben de navegaciones,
de batallas,
de cruentas luchas
y de paz total:
como la paz
sepucral del cero...
viernes, 9 de septiembre de 2011
jueves, 8 de septiembre de 2011
RUECA
Sales como si nada sucediera
cuando amanece
Te escondes tras los destellos
del sol
y en la bruma interna
de tu persona
Arrastras la cobija
y el cuerpo del delito
tu cuerpo
A tanto haberlo habitado
te dices
se ha vuelto sombra raída
luz destroncada
húmeda soledad
viscosa compañía
adjetivo de tercera mano
Transcurre el día
te escurres entre sus horas
y minutos
y segundos
quieres volcarlo todo
para qué
te preguntas
y no tienes respuesta
y te sorprende la noche
más vago
aún más desprendido de todo
que cuando amanece
En la noche te topas contigo
de frente
cara a cara
y te tocas y no te reconoces
adivinas acaso
quién ese ese que te habla
siempre en prima persona
Callas
y no te atreves a salir
cierras puertas ventanas
de las habitaciones
que te conforman
Eres casa vacía
llena de ruidos
y te inventas fantasmas
que moren tus estancias
Te confundes
no sabes bien a bien por qué
pero te sienta
ser ruido o fantasma
ya no tú
casa deshabitada
Todo es irremediable
te anuncias
te repites
das vuelta a la rueca
y la única palabra
fatalidad
acomoda a la vuelta y vuelta
irremediable
te reiteras
La nada está contigo
en noche calurosa
piel a piel
en ese sofocante momento
compartiendo sudores
y delirios
Tu hermana
añorada
inevitable
desde un rincón sonríe
Sabes bien que amanece
y esa rueda
trituradora
de sueños
continúa su vuelta
Otra vez:
sales como si nada sucediera
cuando amanece
te escondes tras los destellos
del sol
y en la bruma intensa
de tu persona
*Del libro Surco de palabras,
1984. Centro Toluqueño de Escritores,
colección becarios.
cuando amanece
Te escondes tras los destellos
del sol
y en la bruma interna
de tu persona
Arrastras la cobija
y el cuerpo del delito
tu cuerpo
A tanto haberlo habitado
te dices
se ha vuelto sombra raída
luz destroncada
húmeda soledad
viscosa compañía
adjetivo de tercera mano
Transcurre el día
te escurres entre sus horas
y minutos
y segundos
quieres volcarlo todo
para qué
te preguntas
y no tienes respuesta
y te sorprende la noche
más vago
aún más desprendido de todo
que cuando amanece
En la noche te topas contigo
de frente
cara a cara
y te tocas y no te reconoces
adivinas acaso
quién ese ese que te habla
siempre en prima persona
Callas
y no te atreves a salir
cierras puertas ventanas
de las habitaciones
que te conforman
Eres casa vacía
llena de ruidos
y te inventas fantasmas
que moren tus estancias
Te confundes
no sabes bien a bien por qué
pero te sienta
ser ruido o fantasma
ya no tú
casa deshabitada
Todo es irremediable
te anuncias
te repites
das vuelta a la rueca
y la única palabra
fatalidad
acomoda a la vuelta y vuelta
irremediable
te reiteras
La nada está contigo
en noche calurosa
piel a piel
en ese sofocante momento
compartiendo sudores
y delirios
Tu hermana
añorada
inevitable
desde un rincón sonríe
Sabes bien que amanece
y esa rueda
trituradora
de sueños
continúa su vuelta
Otra vez:
sales como si nada sucediera
cuando amanece
te escondes tras los destellos
del sol
y en la bruma intensa
de tu persona
*Del libro Surco de palabras,
1984. Centro Toluqueño de Escritores,
colección becarios.
miércoles, 7 de septiembre de 2011
martes, 6 de septiembre de 2011
ANOCHE, NO DORMÍ
Anoche,
fue la noche
de los resfríos del alma.
Una campana llamó
a panteonar recuerdo;
pero tramposo,
otro timbre interior,
insistente,
quería recordarlo todo,
detalle por detalle.
Mientras eso ocurría
el placer dormitaba,
pero en veces
gritaba
desde el interior
mismo del alma:
como queriendo confiar un secreto.
A tanto sucederse
esa guerra intestina,
el sueño quedó paralizado,
en un rincón
de la noche
como a la espera
de los acontecimientos.
En esa guerra bajo
la alfombra
de los recuerdos;
todo parecía dormitar,
pero nada era cierto.
Lo cierto,
lo único comprobable
y comprobado
fue que no dormí.
Y de ello es espejo
fiel
mi cara,
mi rostro sombrío
y mis ojeras....
fue la noche
de los resfríos del alma.
Una campana llamó
a panteonar recuerdo;
pero tramposo,
otro timbre interior,
insistente,
quería recordarlo todo,
detalle por detalle.
Mientras eso ocurría
el placer dormitaba,
pero en veces
gritaba
desde el interior
mismo del alma:
como queriendo confiar un secreto.
A tanto sucederse
esa guerra intestina,
el sueño quedó paralizado,
en un rincón
de la noche
como a la espera
de los acontecimientos.
En esa guerra bajo
la alfombra
de los recuerdos;
todo parecía dormitar,
pero nada era cierto.
Lo cierto,
lo único comprobable
y comprobado
fue que no dormí.
Y de ello es espejo
fiel
mi cara,
mi rostro sombrío
y mis ojeras....
lunes, 5 de septiembre de 2011
Reseña de un libro mío de ensayo...

.“Serà mi asilo el mar. Biografìa de Josè Marìa Heredia y Heredia. 1803-1839”
La segunda ediciòn de Serà mi asilo el mar, de Benjamìn Araujo, con algunas correcciones y agregados, tiene la fortuna de aparecer en el Bicentenario del natalicio de Josè Marìa Heredia y Heredia (1803-1839), poeta fundamentalmente pero asimismo destacado ensayista, traductor, narrador, periodista, abogado y precursor de Josè Martì en la lucha por la independencia de Cuba, su patria natal.
Desde su primera estancia en Mèxico (1819-1821), y aùn antes, Heredia dio muestras de su extrema precocidad. No es casual que haya sido iniciador del romanticismo en Ibero Amèrica; en buena medida lo explica su formaciòn, a cargo de sus padres Josè Francisco de Heredia y Mieses y Marìa de las Mercedes Heredia y Campusano, queincluyò la lectura de los clàsicos y la pluralidad lingûÌstica.
Revitalizar la vida de un hombre probo como Heredia y Heredia, humanista y liberal de amplios vuelos, en estos momentos de confusiòn ètica, parece oportuno y necesario, amèn de que, como director del Instituto Literario, por lo que viviò en Toluca, y diputado del Estado de Mèxico, participò intensamente en la vida colectiva regional y, por ende, forma parte de nuestra identidad.
Esta obra se suma al alto nùmero de biografìas y estudios sobre Josè Marìa Heredia y Heredia y su obra que, pese a su cantidad (y la brevedad de la vida de Josè Marìa), no lo agotan como apasionante tema. Destacan, entre otros autores que lo han abordado: Nicolàs Rangel, Rafael Estenger, Andrès Bello, Elìas Zerolo, Enrique Josè Varona y Pera, Enrique Piñeiro y Barrio, Arturo Arnaiz y Freg, Antonio Canovas del Castillo, Josè Marìa Chacòn y Calvo, Emilio Valdès y de la Torre, Francisco Gonzàlez del Valle, Manuel Garcìa Garòfalo Mesa, Gustavo G. Velàzquez, Manuel Villanova, Nestor Ponce de Leòn, Inocente Peñaloza, Antonio de la Peña y Reyes, Raimundo Lazo, Marcelino Menèndez y Pelayo, Josè Yurrieta Valdès y Alejandro Gonzàlez Acosta.
domingo, 4 de septiembre de 2011
NANA CUCHI

Nana Cuchi esposa de Tata Coriachi
se citó una mañana con los astros
para danzar
en tierras de tarascos
Tranquila
faz de calma
botón de rosa nueva
se arrullaba
a si misma
con la parsimonia-humildad-majestuosidad
que sólo la luna hecha hembra michoacana
puede poseer
Su frágil estilo de ser
provocó el sentimiento sobrehumano
cósmico:
convertirse en transparente lucero y poseerla
Nana Cuchi
flor de hoy mismo
llévame con tu paso / tu danza
por las milpas
las sendas
los caminos/montaña
donde tu rostro/sexo
culminó a este punto
en que te vi sin tú verme Nana Cuchi
Elévame al olimpo prehispánico
lejos de este lugar
quiero saberte
A propósito, 1981.
Universidad Autónoma del Estado de México.
Colección XXV Aniversario.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)