El Estercolero
UNO
Estoy en este mundo:
solo, triste, cansado
y oprimido; vengo de
donde vienen todos
los trabajadores: del
vientre de su madre.
DOS
Estoy aquí, empalmado.
Esperando que pase la
violencia ¿o ya vino a
quedarse entre nosotros
para siempre? No creo
porque la vida es algo
más que una mascarada;
algo más que un rictus
para evitar vehemencias
insensatas, algo menos
que un trago de tequila
y un grito con un mariachi
a un lado: para machos
dormidos por la tele;
y empezando su comic
los domingos sin padre,
sin madre, huérfanos
ya de hermanos y de
amigos, vociferantes
todos reclamando
derechos ya vencidos
y gritando proclamas
desvencijadas, oxidadas,
muy lentas, o muy veloces
más que una carrera...
la carrera es la vida.
TRES
Quiero dormir despierto
para que alejen ya lodo
de mis oídos y despierte
en paz con los sepultureros
y los enterradores y los
jueces y los abogados
y todos los que venden,
vociferan y gritan,
por el estercolero de la patria.
UNO
Estoy en este mundo:
solo, triste, cansado
y oprimido; vengo de
donde vienen todos
los trabajadores: del
vientre de su madre.
DOS
Estoy aquí, empalmado.
Esperando que pase la
violencia ¿o ya vino a
quedarse entre nosotros
para siempre? No creo
porque la vida es algo
más que una mascarada;
algo más que un rictus
para evitar vehemencias
insensatas, algo menos
que un trago de tequila
y un grito con un mariachi
a un lado: para machos
dormidos por la tele;
y empezando su comic
los domingos sin padre,
sin madre, huérfanos
ya de hermanos y de
amigos, vociferantes
todos reclamando
derechos ya vencidos
y gritando proclamas
desvencijadas, oxidadas,
muy lentas, o muy veloces
más que una carrera...
la carrera es la vida.
TRES
Quiero dormir despierto
para que alejen ya lodo
de mis oídos y despierte
en paz con los sepultureros
y los enterradores y los
jueces y los abogados
y todos los que venden,
vociferan y gritan,
por el estercolero de la patria.
Benjamín A. Araujo Mondragón.
Toluca, México.
Mayo de 2015.
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