G E R I Á T R I C O
Miro radiantes lujos de luz, destellos mañaneros. Alcanzo a demostrarte mi amor con mi respiración y la mirada. Noto que has despertado y que no sabes dónde estamos ni por qué perecemos. Apenas ayer todo era placer y novedad; hoy todo ha terminado...
La rueda del tiempo viene y se va; todo ha pasado. En mi recuerdo estás como si fuera ayer. Ya son tres años. Te fuiste sin saber cómo ni por qué. Bien que recuerdo los radiantes lujos de luz, en los destellos mañaneros de aquél fatídico día. Nunca lo olvidaré. Mi salvación fue no caer en la desesperación. Tú, en cambio, te dejaste arrastrar por la desesperanza...
Hoy ya nada recuerdo. Aquí en en el albergue geriátrico, todo va en paz. Mañana será otro día. Espero enamorarme.
Benjamín Adolfo Araujo Mondragón
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