Tengo todo en la vida: no me quejo.
Tengo la vida misma, día con día;
tengo la perspectiva de vivirla,
tengo seres amados a mi lado,
tengo necesidad de amarlos
y de verlos, día tras día;
tengo el aire puro que respiro,
tengo la luz del día, cada mañana;
tengo la salud que Dios me proporciona
y tengo tus bellos ojos que me miran;
tengo tus piernas bellas en mi cama;
tengo tu cuerpo atado a mis deseos;
tengo la perspectiva del deseo,
tengo el yugo bello de los sueños;
tengo la sed y bebo gota a gota;
tengo hambre de letras y poesía;
tengo la belleza del mundo
y sus paisajes, sus gentes y animales:
tengo mis ojos frescos cotidianos;
tengo, tengo, tengo, pero carezco...
Carezco de la paz que no vivimos;
carezco de la justicia que de niño
mis mayores me enseñaron;
carezco de tu amor si hay enojo;
carezco de los míos cuando me alejo.
Carezco del amor de tu mirada,
carezco de tus labios y tus besos.
Carezco de tu cuerpo cuando viajo,
carezco del dormir si no descanso;
carezco del reposo si ajetreo,
carezco de mirarme entre tus ojos.
Tengo mucho que agradecer
y oro, todos los días, por lo
que me ha faltado: yo incompleto.
Adolezco de todo si me miras
y tendré de tu parte mil perdones;
lo que hará que no tengo ya tu crítica
y me mires con gozo y con pendones.
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