LA PALABRA
En un principio fue el verbo...
y habitó este planeta con sus cantos,
era el silencio pero vino ella
y habitó entre nosotros para siempre.
Si el silencio fue el inicio,
la palabra fue el habitáculo
y pudimos vernos a los ojos,
mirarnos de frente
y respirarnos los pensamientos.
Juramos en ese momento
que el silencio vivía en
nuestras venas, pero que
la palabra florecía nuestras
vidas y le permitía retoñar
y hacer metáforas y olas
de lenguaje, y olas de paz
y olas de permanencia
y olas de ausencia;
el tiempo hecho palabra
habitó nuestros siglos:
y ¡nació la eternidad!
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