GUERRA…y
paz…
A
mis amigos Marcela Venmark y Beto Brom
que
viven en Israel y han padecido la guerra.
Todo era un caos. Los
cadáveres por todas partes. El terror en los ojos de todos los habitantes. Y un
olor de inquietud que flotaba en el ambiente. Pero: ¡la paz había llegado!
pero, a qué costo: demasiados muertos de ambos bandos. Tirios y troyanos
derrotados por esa guerra sin sentido. ¿Alguna guerra lo tiene?
Han pasado nueve meses y, curiosamente, ahora los nacimientos
surgen como hongos por todos los sitios de ambos países. Es natural que suceda,
dicen los psiquiatras, sociólogos y todos los estudiosos del fenómeno. Y
explican: cuando hay situaciones de estrés, sobre todo cuando hay peligro,
especialmente guerra; y resulte inminente la cercanía de la muerte, el instinto
de reproducción animal, es decir el instinto sexual, se acelera y crece y crea
las situaciones extremas más terribles.
De manera que no resulta ilógico que la población de esa porción
del oriente del mundo creciera mucho en ese año 2015.
1 de
septiembre de 2014.
Toluca,
México.
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