LA MUERTE
“La
muerte es el olvido.
Entonces la
capacidad
que tengamos
de mantener el recuerdo,
el tiempo
que podamos hacerlo,
es nuestra
única
victoria
sobre la muerte”.
Carlos Fuentes Macías.
Recordemos por siempre,
hagamos revivir a nuestros muertos.
Mantengamos prendida esa antorcha
de vida que es el recuerdo vital
para los fallecidos;
sólo el olvido mata,
sólo la falta de memoria duele,
sólo crea heridas y resquemores olvidar
para siempre.
Y sólo si mantenemos esa vela prendida
estaremos prendados a nuestros muertos
pues sólo de ese modo les daremos vida
para que resuciten en nuestra mente
siempre…siempre…siempre…
cada momento de recuerdo
es una lámpara votiva
para hacer vitalicios
a nuestros difuntos.
Guardemos en nuestros corazones
la llama del recuerdo,
no permitamos que ese fuego se apague
dejémonos abrazar por los recuerdos
seamos antorchas encendidas
por siempre, siempre, siempre…
Mi hermano, Carlos; mi madre,
Guadalupe; mi padre, Adolfo;
mis abuelos paternos, Rafael y Dolores;
mis abuelos maternos, Teodoro y Elodia:
mis tías paternas: Carmela, Lupita y Gelo;
mis tías maternas: Ofelia y Graciela…
Todo mi panteón personal,
que huele a incienso…es, vive, permanece,
porque lo pienso y porque lo recuerdo.
Mis tías y tíos políticos: Esperanza, Jesús,
Alberto; y mis mentores y amigos:
Heriberto, Rodolfo, Alejandro, Jorge Raúl,
Arturo, Enriqueta, Hernán…viven, vivirán
para siempre, en este florilegio de memoria
que es la memoriosa resurrección de los
seres queridos.
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