domingo, 12 de agosto de 2012

ANÓNIMO UNO




Por el camino umbroso aprendió a ser 
huella,

sin paso, sin peso, ni rostro.


Por los caminos llanos se confundió

con el olor de la yerba

hasta llamarse pasto.


Nunca supo qué es siempre,

ni probó del fracaso dulzón

de la palabra "mientras".


Así murió. en una fecha sin nombre,

sin día, sin número;

y ahora es recuerdo.


Benjamín A. Araujo M.
(derechos reservados)
Publicado en el libro
Frontera interior

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